PARASITISMO

¿QUE ES?

El parasitismo es una estrecha relación biológica entre dos organismos de diferentes especies, uno denominado huésped (que recibe o acoge) y otro denominado parásito (que depende del huésped para obtener algún beneficio). El parásito vive a expensas de su huésped, es decir, utiliza al organismo que lo hospeda para cubrir sus necesidades básicas, lo que le permite ampliar su propia capacidad de supervivencia. En la mayoría de los casos de parasitismo, el hospedador es perjudicado o sufre daños por parte del parásito en algún momento del ciclo.


El parasitismo puede suceder a lo largo de todas las fases de la vida de un organismo o solo en períodos concretos. También puede ocurrir que, como el parásito sigue siendo un organismo, hospede a otro espécimen. Estos casos, en que el parásito hospeda a otro parásito, se denominan hiperparasitismo.

En nuestro planeta existen muchos ejemplos de parasitismo, entre ellos, algunos de los más comunes son los siguientes:

  • Los hongos. Existen especies de hongos que son parásitos. Suelen hospedarse en los pies, las uñas o la piel de los animales y se alimentan de la queratina, una proteína abundante en la epidermis.
  • Los ácaros. Son un amplio grupo de ectoparásitos, que suelen hospedarse en la piel y se alimentan de desechos como los queratinocitos (células muertas) o secreciones.
  • Los muérdagos. Son plantas parásitas que suelen hospedarse en varias especies de árboles en zonas de Europa, América y África.
  • Las termitas. Son insectos que suelen hospedarse en árboles y en maderas utilizadas para la construcción de viviendas. Tienen una gran capacidad de destrucción.
  • Las bacterias. Forman un diverso y extenso grupo. Suelen encontrarse en el agua y en la tierra, por lo que ingresan al organismo a través de los alimentos y se hospedan en el aparato digestivo de los animales.
  • Los virus. Son parásitos obligados, ya que no pueden ser considerados seres vivos, y para llevar a cabo sus funciones necesitan aprovecharse del organismo que invaden. Frecuentemente ingresan al organismo a través del aparato digestivo o el respiratorio.
  • Las amebas. Son endoparásitos, que suelen hospedarse en el intestino de los animales. Se alimentan del huésped, por lo que pueden causar desnutrición y enfermedades graves.
  • Las lombrices. Suelen hospedarse en diversas partes del organismo del huésped y pueden quitarle sus nutrientes.





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